Un ataque aéreo de Israel sobre Beirut, la capital de Líbano, deja al menos 37 muertos, incluyendo dos altos mandos de Hezbolá

Israel llevó a cabo este viernes un ataque aéreo en la capital de Líbano, Beirut, en el que han muerto al menos 37 personas, entre las que estarían miembros claves de la milicia Hezbolá.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) definieron el ataque como «selectivo». El bombardeo dejó edificios y automóviles parcialmente destruidos en Dahieh, un suburbio densamente poblado en el sur de Beirut y conocido por ser un bastión de Hezbolá.

Entre las víctimas del ataque hay también tres niños, aseguró el Ministerio de Salud libanés, el cual reportó al menos 66 heridos.

Las autoridades isralíes han asegurado este sábado que 16 líderes de Hezbolá murieron durante sus bombardeos, entre ellos destacan los comandantes, Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi.

El grueso de los abatidos fueron liquidados mientras estaban reunidos a las afueras de la capital libanesa, explicaron los voceros de la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

No se descartaba que el balance de víctimas aumente, porque las labores de búsqueda y rescate seguían este sábado, lo mismo que los ataques de Hezbolá contra el norte de Israel.

Sobre los cabecillas
Aqil se incorporó a Hezbolá en la década de 1980 y ha sido su jefe de operaciones desde 2004.

El gobierno de Estados Unidos lo consideraba como uno de los cerebros detrás del atentado contra su embajada en Beirut en 1983, en el que murieron 63 personas.

También creen que estuvo implicado en el atentado suicida contra los cuarteles de la Fuerza Multinacional de las Naciones Unidas (ONU) en Líbano en octubre de 1983, en el que murieron 241 soldados estadounidenses, 58 franceses y 6 civiles.

Pero Aqil no fue la única baja sufrida por Hezbolá. A primera hora del sábado, la organización respaldada por Irán confirmó además el deceso de otro de sus comandantes. Se trata de Ahmed Wahbi.

Wahbi supervisó las operaciones militares de las fuerzas Radwan, uno de los brazos armados de Hezbolá, hasta principios de 2024, reportó la agencia Reuters.

El fallecido, quien tenía 60 años, había participado en varias operaciones lanzadas por la organización desde la década de 1980 y había sido responsable del reclutamiento de nuevos combatientes.

Descabezar a Radwan era uno de los objetivos del ataque israelí.

Cohetes contra Israel
La ofensiva israelí de este viernes fue lanzada poco después de que se confirmara que Hezbolá había disparado alrededor de 140 cohetes hacia el norte de Israel.

Según las FDI, las defensas aéreas interceptaron «algunos» de los cohetes que fueron disparados contra las zonas ocupadas de los Altos del Golán, Safed y la Alta Galilea.

En las últimas 24 horas el fuego cruzado ha incluido bombardeos aéreos y cohetes lanzados desde ambos lados de la frontera.

Durante la noche de este jueves, Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos en el sur de Líbano en los que asegura haber impactado más de 100 lanzacohetes de Hezbolá y otros «sitios terroristas», incluido un depósito de armas.

Las FDI sostuvieron que los lanzacohetes estaban listos y en posición de disparo hacia Israel.

Según informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa, Israel llevó a cabo al menos 52 ataques en el sur del país el jueves por la noche, mientras que Hezbolá atacó instalaciones militares en el norte de Israel.

Los ataques aéreos israelíes, que duraron más de dos horas, fueron unos de los más intensos del reciente conflicto.

«Declaración de guerra»
Este jueves, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, aseguró que las explosiones mortales de dispositivos electrónicos que ocurrieron en Líbano esta semana y que dejaron decenas de muertos y miles de heridos, «cruzaron todas las líneas rojas», y acusó a Israel de lo que, en su opinión, representaba «una declaración de guerra».

Israel no ha confirmado su participación en las explosiones del martes y el miércoles, cuando explotaron simultáneamente miles de beepers y walkie-talkies en todo el país.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que Israel está emprendiendo una «nueva fase de la guerra», concentrando más sus esfuerzos en el norte del país y su frontera con Líbano.

Muertos y desplazados en la frontera
Las FDI también instaron a los residentes del norte de Israel próximos a la frontera libanesa a evitar grandes concentraciones, custodiar sus barrios y permanecer cerca de los refugios antibombas.

El jueves por la mañana, combatientes de Hezbolá en el sur de Líbano dispararon dos misiles antitanque a través de la frontera, seguidos de drones.

Según las FDI, en el ataque murieron dos soldados israelíes y un tercero resultó gravemente herido.

Muertos y desplazados en la frontera
Las FDI también instaron a los residentes del norte de Israel próximos a la frontera libanesa a evitar grandes concentraciones, custodiar sus barrios y permanecer cerca de los refugios antibombas.

El jueves por la mañana, combatientes de Hezbolá en el sur de Líbano dispararon dos misiles antitanque a través de la frontera, seguidos de drones.

Según las FDI, en el ataque murieron dos soldados israelíes y un tercero resultó gravemente herido.

Los combates transfronterizos se intensificaron el 8 de octubre de 2023, el día después del ataque sin precedentes contra Israel perpetrado por Hamás desde Gaza.

Desde entonces, cientos de personas han muerto en los combates y decenas de miles han sido desplazadas a ambos lados de la frontera.

Hezbolá ha afirmado que actúa en apoyo del grupo armado palestino Hamás. Ambos están respaldados por Irán y son considerados como organizaciones terroristas por Israel, Reino Unido y otros países.

Israel, por su parte, se ha fijado como objetivo lograr que unos 60.000 residentes de localidades ubicadas en el norte del país, junto a la frontera con Líbano, puedan regresar a vivir a sus casas de forma segura, luego de pasar meses desplazados por el conflicto.

«Crimen de guerra»
En su discurso televisado del jueves, Hassan Nasrallah se refirió a los ataques del martes y el miércoles: «El enemigo cruzó todas las reglas, leyes y líneas rojas. No le importó nada en absoluto, ni moralmente, ni humanamente, ni legalmente».

«Esto es una masacre, una gran agresión contra Líbano, su pueblo, su resistencia, su soberanía y su seguridad. Se le puede llamar crimen de guerra o declaración de guerra. Cualquiera que sea el nombre que se le dé, es merecido y se ajusta a la descripción. Esta era la intención del enemigo», añadió.

Mientras Nasrallah hablaba, aviones de guerra israelíes provocaron estruendos sobre Beirut, que atemorizaron a la población, y otros atacaron objetivos en el sur de Líbano.

El líder de Hezbolá reconoció que se trataba de un golpe masivo y sin precedentes para su grupo, pero insistió en que su capacidad de mando y comunicación permanecía intacta.

El tono de Nasrallah fue desafiante y prometió un duro castigo. Pero, una vez más, indicó que Hezbolá no estaba interesado en una escalada de su actual conflicto con Israel.

Dijo que los ataques transfronterizos del grupo iban a continuar a menos que se produjera un alto el fuego en Gaza, y que ninguna matanza o asesinato devolvería a los residentes del norte de Israel a sus hogares.

Los últimos acontecimientos en Líbano fueron abordados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el cual celebró una reunión extraordinaria el viernes.

En el encuentro, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, fustigó con dureza las explosiones de los beepers y walkie-talkies ocurridas entre el martes y miércoles.

«El derecho internacional humanitario prohíbe convertir en trampas objetos portátiles aparentemente inofensivos», dijo el jurista austriaco.

«Es un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre los civiles», añadió, y pidió una investigación «independiente, rigurosa y transparente».

«Oportunidades y riesgos» para Israel
Las FDI afirmaron el jueves que su jefe de Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi, había «completado recientemente la aprobación de los planes para la zona norte».

Gallant declaró más tarde que «en la nueva fase de la guerra hay importantes oportunidades, pero también importantes riesgos».

«Hezbolá se siente perseguida y la secuencia de acciones militares continuará», añadió.

«Nuestro objetivo es garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares. A medida que pase el tiempo, Hezbolá pagará un precio cada vez mayor».

No está claro cómo pretende Israel lograr este objetivo. Pero algunas informaciones a principios de esta semana sugerían que el general al mando del Comando Norte de las IDF estaba a favor de la creación de una zona de seguridad controlada por Israel dentro del sur de Líbano.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió moderación a todas las partes.

«No queremos que ninguna de las partes lleve a cabo acciones que dificulten el objetivo de lograr un alto el fuego en Gaza», declaró al reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores europeos en París para debatir la creciente crisis.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, también presente en las conversaciones de París, pidió un alto el fuego inmediato entre Israel y Hezbolá.

«Todos tenemos muy claro que queremos una solución política negociada para que los israelíes puedan regresar a sus hogares en el norte de Israel y los libaneses a los suyos», declaró.

Por su parte, desde la ONU advirtieron que la escalada del conflicto colocaba a Oriente Medio al borde de una crisis que podría «empequeñecer» toda la devastación observada en la región hasta ahora, dijo Rosemary DiCarlo, alta funcionaria del organismo regional.